LA MUJER A TRAVÉS DE LOS DESASTRES DE LA GUERRA DE GOYA
1) Diferencias entre las dos obras que representan la misma guerra, la Guerra de la Independencia (1808-1814)
José Casado del Alisal. 1864. La rendición de Bailén. Óleo sobre lienzo. Museo del Prado
Francisco de Goya. 1808, Nº 5. Y son fieras. Aguafuerte sobre papel. Museo Británico
- José Casado del Alisal. 1864. La rendición de Bailén. Óleo sobre lienzo. Museo del Prado
El primer cuadro, "La rendición de Bailén" representa la capitulación del ejército francés ante las tropas españolas tras consumarse la primera gran derrota sufrida por el invasor en las cercanías de Bailén (Jaén), el 19 de julio de 1808. Fue uno de los acontecimientos históricos de la historia de España: la primera victoria de las tropas españolas frente a los ejércitos franceses durante la Guerra de la Independencia. Casado del Alisal organiza la composición de la obra homenajeando al cuadro de historia más importante de la Historia del Arte en España: "La rendición de Breda" o "Las Lanzas", de Diego Velázquez. En el cuadro observamos a ambos bandos, uno a cada lado del cuadro, encabezados por los respectivos generales al mando: a la izquiera el general Castaños lidera las tropas españolas y, a la derecha, el general Dupont hace los propio con las francesas
Se puede apreciar en el semblante de los generales franceses, Dupont y Gobert, cómo se muestran altivos y orgullosos, rindiéndose, mientas que el general Castaños muestra sus respetos al enemigo vencido.
A ambos lados de la capitulación, grupos de soldados de cada ejército componen el primer plano de la composición. Tras ellos, el artista nos muestra una panorámica del campo de batalla, donde podemos observar las banderas y estandartes de ambas tropas.
Casado de Alisal dominaba tanto el dibujo como el uso del color que, en este caso, utilizó para recrear la calurosa atmósfera del mes de julio en la campaña jienense. El dibujo le sirve para representar actitudes y gestos en los soldados españoles con gran realismo y detalle.
Este es uno de los detalles del cuadro sobre la derrota de Bailén a manos de los españoles sobre las tropas de Napoleón, donde José Casado del Alisal representa a un miliciano apoyando su pierna sobre una pieza de artillería.
Detalle de la Rendición de Bailén de José Casado del Alisal, en el cual vemos al General Castaños aceptando la derrota francesa de mano del general Dupont.
Detalle de la obra que representa al general francés Dupont rindiéndose con los brazos abiertos al general Castaños.
- Francisco de Goya. 1808, Nº 5. Y son fieras. Aguafuerte sobre papel. Museo Británico
En el segundo cuadro a analizar, "Y son fieras" de Francisco de Goya, podemos observar la crueldad de la guerra que queda patente en esta escena. En ella, un grupo de desesperadas mujeres ataca al ejército napoleónico con palos, piedras, cuchillos, lanzas... siendo la rabia y la desesperación las que controlan las acciones de éstas.
Podemos observar en la obra que una de las mujeres intenta inmolarse clavándose un cuchillo en el abdomen, mientras que, por otro lado, se muestra a otra de las mujeres valerosa luchando con el ejército contrario incluso sosteniendo en brazos a su hijo con tal de defenderlo.
Podemos observar en la obra que una de las mujeres intenta inmolarse clavándose un cuchillo en el abdomen, mientras que, por otro lado, se muestra a otra de las mujeres valerosa luchando con el ejército contrario incluso sosteniendo en brazos a su hijo con tal de defenderlo.
Esta obra pertenece a la serie "Desastres de la Guerra", elaborada entre 1810 y 1814, donde Goya ofrece una visión crítica y personal de las consecuencias de la Guerra de la Independencia Española (1808-14). A través de estas estampas, Goya censuró la irracionalidad de la guerra y la brutalidad ejercida por ambos bandos, cuyo resultado fue siempre el sufrimiento, el dolor y la muerte. Su significado trasciende la representación visual de un contienda concreta y puede considerarse el primer alegato en contra de todas las guerras.
2) Busca en la biblioteca, en internet, en revistas o en webs de museos e investiga un poco más sobre la Guerra de Independencia: Explica brevemente en qué consistió el enfrentamiento y analiza la imagen que nos ofrece Goya en Los desastres de la guerra a través de las siguientes imágenes:
La Guerra de la Independencia Española fue un
conflicto bélico que estalló con la invasión francesa en España con la
intención de instalar a José Bonaparte, hermano de Napoleón I, en el trono
español. Este conflicto internacional ocurrió entre el 2 de mayo de 1808 con el
levantamiento contra los franceses y el 21 de junio de 1813 con la victoria de
las tropas españolas, británicas y portuguesas en la Batalla de Vitoria, o el
17 de abril de 1814 con el pronunciamiento del ejército español a favor del rey
Fernando VII.
La Guerra de la Independencia Española o Guerra
Peninsular en el contexto europeo fue un conflicto militar entre el imperio
francés napoleónico y las potencias aliadas de España, Gran Bretaña y Portugal
por el control de la Península Ibérica durante las guerras napoleónicas. Este
conflicto se inició el 19 de noviembre de 1807 con la invasión franco-española
de Portugal, pero desde el contexto histórico de España la Guerra de la Independencia se inició con el levantamiento de los españoles.
El 27 de octubre de 1807 los franceses y los
españoles firmaron el “Tratado de Fontainebleau” en el que se estipulaba en
conjunto una invasión militar de Portugal (así como la eventual repartición de
sus territorios) y se permitía para tal efecto el paso de las tropas francesas
por territorios españoles. Pero una vez en España los franceses iniciaron una
ocupación de facto. El 5 de mayo de 1808 los reyes Carlos IV y su hijo Fernando
VII fueron obligados en las abdicaciones de Bayona a renunciar al trono español
a favor de Napoleón, quien lo cedió a su hermano José Bonaparte. El 2 de mayo de
1808 los españoles se levantaron contra los franceses dando inicio a la Guerra
de la Independencia Española.
Después de seis años de guerra, el 17 de abril de
1814 el ejército español se pronunció en apoyo a la restitución de Fernando VII
en el trono de España. Esto significó el regreso de la monarquía absolutista
que el 4 de mayo de 1814 derogó la Constitución de Cádiz de 1812, a solo dos
años de haber sido promulgada. El 30 de mayo de 1814 se firmó el Tratado de
París entre Francia y la Sexta Coalición. Después de un nuevo intento de
Napoleón por recuperar el trono francés y extender la guerra, se firmó el
segundo tratado de París el 20 de noviembre de 1815.
La Guerra de la Independencia española, supuso uno
de los momentos más crueles y violentos de la historia española del XIX. Francisco
de Goya fue espectador y actor de estos acontecimientos. El pintor vivía en
Madrid cuando, el 2 de mayo de 1808, tuvo lugar el levantamiento de la
población En la primera semana de octubre de ese mismo año, se trasladó a
Zaragoza, ciudad que había sufrido un largo y destructivo asedio por parte del
ejército francés, llamado por el general Palafox para que inmortalizara con su pintura
las glorias de aquellos. Fue entonces cuando, a raíz de aquello, decidió
plasmar todos los sucesos del conflicto en una serie de obras. Dicha serie
suele dividirse en tres partes: las dos primeras constituyen los “Desastres de
la Guerra” (1-64) y, la tercera, los llamados “Caprichos Enfáticos” (65-80), se
entienden como una reflexión sobre las consecuencias de los acontecimientos
durante el absolutismo fernandino.
La mirada de Goya se aleja, en la representación, de
la visión tradicional en la que se exalta la figura del héroe, para presentarnos
una realidad sin fisuras.
En cuanto a la acción, las escenas se presentan de
una manera dinámica. Además, hay un movimiento que da unidad a la narración y
recorre toda la serie, a la que Goya imprime un sentido progresivo; nunca
vuelve atrás. Sitúa ante nuestros ojos el avance de la guerra, opta por una
secuencia verosímil: primero la lucha y el descontrol, con la pérdida de
valores morales y humanos; en seguida la miseria, la enfermedad y el hambre;
por último, la “vuelta al orden”. Y siempre, la muerte.
- Figura 1. Grabado número 2 Con razón o sin ella
Un fusilamiento que recuerda a los del Tres de mayo en Madrid es la estampa que elige Goya para introducirnos en la crueldad y el horror de la Guerra. Los civiles están perfectamente individualizados y los soldados no ofrecen su rostro, como máquina de matar que son.
Si profundizamos
más en la obra, podemos observar en el
centro de esta a un grupo de españoles acuchillando a un soldado francés y, a
la izquierda, a otro español armado con otro cuchillo amenazando la sombra de
un soldado. Esta es una de las obras en las que Goya produce una dualidad:
figuras protagonistas en primer término y al fondo multitudes que subrayan el
carácter colectivo de los hechos representados.
- Figura 2. Grabado número 3 Lo mismo
El título de
esta estampa, Lo mismo, alude al anterior Con razón o sin ella.
La relación entre ambas es muy estrecha y pueden entenderse como imágenes
complementarias. Si la primera mostraba la muerte de los españoles, esta
segunda hace lo mismo pero con la muerte de los franceses. En estos primeros
planos Goya rompe radicalmente con la tradición representativa de los sucesos
bélicos, lo que explica con elocuencia la incorrección política de los Desastres.
Nada más alejado de la imagen propagandista que el rostro enloquecido del
patriota que se dispone a dar un hachazo mortal al ya indefenso soldado francés
que apenas puede hacer otra cosa que protegerse inútilmente con la mano.
- Figura 3. Grabado número 7 ¡Qué valor!
En esta imagen
se representa a una mujer con la intención de prender la mecha del cañón que
sembrará la muerte en las filas enemigas. Esta obra representa que se necesita
valor, virtud. La mujer que aparece en la imagen se apoya física y
simbólicamente en el montón de cadáveres de los defensores que sirven de apoyo
a la anónima mujer artillera. Ésta representa a todas las heroínas de la
guerra, por esta razón da la espalda al espectador ocultando su rostro que de
soslayo resulta irreconocible.
- Figura 4. Grabado número 19 Ya no hay tiempo
La mujer vuelve a ser la protagonista de este episodio. Goya muestra la otra cara de la guerra, la que sufren las mujeres desprotegidas ante el enemigo. Las violaciones y vejaciones a las que serán sometidas están en la mente del pintor.
Podemos observar a un oficial provocando el cese de
la violación de las mujeres en manos de los soldados. Los hombres que las
defendían han muerto; al de la derecha, agonizante, un mameluco se dispone a
infligirle un terrible tajo con su sable, acción que parece interrumpir la
presencia del oficial. Firmada en el ángulo inferior izquierdo, debajo de la
pierna del soldado napoleónico.
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